Las tuberías antiguas pueden plantear una serie de problemas para las infraestructuras de agua potable. La evaluación de una tubería de transmisión de agua potable de 20 pulgadas, de acero revestido interiormente con alquitrán de hulla, construida a mediados de los años 40 en Laramie, Wyoming, dio como resultado la necesidad de rehabilitarla. Aunque el revestimiento no planteaba riesgos para la salud según el Departamento de Calidad del Agua de Wyoming, tras casi 70 años de servicio, el cliente quiso rehabilitar la línea para crear una barrera entre el revestimiento de alquitrán de hulla y el agua potable de la ciudad.
Situada a lo largo de la autopista 230, en un derecho de paso regulado por el Departamento de Transportes de Wyoming (WY-DOT), la tubería transporta agua desde la planta de tratamiento de Laramie hasta la ciudad, perdiendo por el camino unos 2.000 pies de altitud. Cualquier solución que Laramie utilizara para rehabilitar la línea requeriría la aprobación y los permisos del WY-DOT. Debido a los problemas de programación planteados por la variación estacional del caudal y la longitud de 18 millas de la línea, la ciudad preveía que el proyecto tendría que completarse en tres fases a lo largo de tres años.
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